¡Ah, señores! Es posible que me considere dueño de una
inteligencia admirable basándome en que en mi vida
no he logrado empezar ni acabar nada. No soy, pues,
más que un charlatán, un inofensivo charlatán,
un pesado como todos nosotros. Pero ¿qué le voy a hacer
señores, si el destino del hombre inteligente es charlar,
es decir, tirar agua en un tamiz?
(Dostoievski- Memorias del Subsuelo)
¡Enhorabuena! Ya tengo el comienzo...
Es interesante lo de charlar. Pero...me pregunto si el título del libro de ese ruso no es muy obvio...
ResponderEliminarEs posible, pero el nombre es lo que menos importa. Considero que el nombre es el residuo memorístico que nos queda, junto con el nombre del autor,las fechas, biografías, prólogos, pero el arte está más allá de todo eso. Justamente creo que me estoy burlando un poco del paratexto en este post...
ResponderEliminarNo sé si es lo que menos importa, a mí me parece importante. Todos los nombres son residuos memorísticos si se quiere, pero el residuo memorístico de Dostoievski debería dsitinguirse del de cualquier pelele, o no?. Tengamos en cueta que es el nombre de su obra literaria, no me imagino cómo puede no importar.
ResponderEliminarSí importa, desde un punto de vista estético, acá simplemente asenté mi opinión como lectora que se encuentra por primera vez con un libro y tiene que decidir si quiere leerlo o no. En ese momento, el nombre me dice poco o nada del libro, la primera impresión necesita de más elementos (leer una parte, consultar con el librero, etc.)
ResponderEliminarDespués de haber leído el libro, y este libro en particular, lo último que diría es que el nombre es obvio, porque esto seria reducir su arte, machacarlo, y, también, no haber entendido de qué se trataba el gesto de la lectura en sí mismo. Por eso digo que es un residuo, tiene importancia, la tenía, pero fue avasallado, reducido al residuo, como si el libro hubiera acribillado a su nombre y a su autor.
En "Memorias del Subsuelo", se podría pensar que el personaje le puso nombre al libro, tiene sentido y es perfecto en su relación con éste y no con el autor (cuántas rupturas Fedor!).Sería más interesante, entonces, pensar si el personaje es o no un pelele, en una conversación futura.
Gracias, por hacerme sufrir y disfrutar de sus comentarios.
Ah, genial!!....ahora sí es un groso Dostoievski, me parece interesante el argumento del tercer párrafo; y me siento habiéndo hecho una buena observación al haber hecho esa pregunta....cuando digo que era obvio el nombre...me refiero a que es demasiada la coincidencia, fácil de adecuar, de lo que hay en la obra y el título. Pero es muy groso eso de que sea el personaje el que le puso nombre a la obra, no Dostoievski...él se encargó de la mímesis del personaje consigo mismo, del personaje con el personaje
ResponderEliminarMi profundo amor por Dostoievski no me dejo ver que era una pregunta, y la respondí sin darme cuenta. Saludos
ResponderEliminarMuy profundo todo el análisis que se desgrana en los comentarios.
ResponderEliminarYo nunca leí a Dostoievski y me acercaba simplemente a comentar que muchas veces, una frase disparó en mí la inquietud de un cuento y también, que a veces siento la necesidad de darle a un cuento una frase ajena a modo de epígrafe.
Ahora me voy con otras ideas para leer obras que quizá disparen otros cuentos...
Dostoievski es uno de mis favoritos, sin duda, leerlo te conecta con una literatura más viva, más terrenal, distinta a la "académica", que hay que leer con diccionarios, enciclopedias, y otros libros (que también se disfrutan pero de otro modo).
ResponderEliminarA mi me pasa lo mismo con algunas frases, leídas o escuchadas, y también con gestos, situaciones cotidianas, canciones, etc. Disparan mucho más de lo que parecía en un primer momento, y a veces nada tienen que ver con esa frase dl principio.
Gracias por comentar, y si queres compartir esos cuentos bienvenida.
Saludos