Nunca hice terapia, de ningún tipo. Tal vez llame la atención, tal vez no. Pero lo cierto es que me da curiosidad acostarme en un diván y divagar, soltar las ideas sin filtro (divangar?). Lo crucial es la confidencialidad de quien escucha, para que unx pueda dejarse ir sin filtro -en la medida de lo posible. Quien escucha va a jugar un poco con nuestra cabeza y va a tratar de llamarnos la atención sobre esos huecos, sinsentidos, ausencias, contradicciones, etc. que escupimos sin darnos cuenta. Nos va a nutrir de razones obvias, cuya obviedad está siempre en el anverso de lo que vemos. Por eso (y porque reconozco que tengo ciertos temas psicológicos que tratar) saqué turno con la psicóloga que tenía por mi obra social anterior (mi anterior obra social fantasma). Fui a la primera entrevista pero algo no me gustó: se refirió a mí en tercera persona (si Lorena viene a hacer terapia es porque Lorena se da cuenta de que tiene un problema que vamos a tratar de resolver si se puede) y luego apeló a la importancia de mi constancia para resolver esos temitas si se puede. Me dio un sobreturno para otro día a la misma hora, es decir para otra entrevista de 15 minutos. Si la idea era probar mi constancia...no se pudo!
Pero eso no era lo que quería contar en este diario de navegación informatizado de carácter púbico, digo público. En realidad quería contarles sobre mi ginecólogo (digo "mi" ginecólogo aunque solo tuve una consulta con él). No se dan un idea de cómo me divierte muchas veces escribir en este blog...De entrada algo estaba fuera de lugar, como descolocado. La paciente anterior había estado demasiado tiempo en el consultorio. Imaginé que las noticias no eran buenas y había que dar muchas explicaciones. Por fin, entré. Me preguntó mi edad e inmediatamente si tengo hijxs. -No tengo. Entonces me recomendó que pensara en la posibilidad de tener uno a los treinta y cinco años o un poco antes, pero no mucho después. Esto es normal en una consulta con un ginecólogx, también que te recomienden usar preservativo cualquiera sea tu edad ante el peligro de que un individuo se aproveche de tu inocencia. Hasta acá se trataba de una extravagancia dentro de los parámetros de la normalidad. Las siguientes preguntas fueron a qué me dedicaba, de qué trabajaba, qué estudiaba. Puso en la historia clínica, al lado de mi nombre "estudiante de letras". Citó algo de Descartes que no entendí. Continuó con una serie interminable de preguntas a las que yo respondía de manera muy escueta: ¿fumas? ¿tomás alcohol? ¿dormís bien? ¿te ponés mal y te dan ganas de llorar de la nada? ¿te angustiás?¿tenés novio? ¿qué hace tu novio? ¿vivís con él? ¿con quién vivís? ¿te llevás bien con tus hermanxs?¿fumás? ¿tomás? ¿dormís bien? ¿tenés sexo? ¿tenés ganas de tener sexo? (en general, no con él, aclaro por las dudas) ¿tenés orgasmos? ¿te incómoda mi persona? ¿hay algo en mí que te desagrade? (¿además de la infinidad de preguntas que no tienen nada que ver con mi consulta ginecológica?) ¿salís? ¿te gusta salir? ¿hacen una fiesta para festejar el cumple de tu hermano? ¿te reís? (me reí en ese momento). ¿Qué es lo que querés hacer de tu vida? ¿lo más importante que quieras hacer? Uyy con esa pregunta me mataste! No me la hacía hace mucho. Eeehh supongo que quiero escribir, me gusta escribir. ¿Qué escribís? Poesías y cuentos. ¿Poesías? ¿de qué se trata la última poesía que escribiste? De la maternidad...Luego de una breve pausa, Ehh no sé, te noto deprimida, como que no estás disfrutando la vida a pleno, escribís sobre cosas que no viviste, como ser madre...Interrumpo, mi poesía no habla sobre el hecho de ser madre, sino sobre el deseo y el imperativo social de serlo. ¿Fumás? ¿tomás? ¿dormís bien? ¿tenés orgasmos? ¿me traés tu poesía la próxima vez que vengas? Sí, por supuesto, pero ¿a vos te interesa la psicología? Soy psicólogo y ginecólogo. Para mí no sos solamente un papanicolau (frase archivada en la memoria a largo plazo), sino que tenés tus historias, tu personalidad, etc, etc, etc.¿Son místicas tus poesías? Algunas, puede ser ¿Tienen que ver con la religión? Ciertas imágenes están inspiradas en el catolicismo. ¿Hablan del pecado? Sólo en un sentido poético ¿De la culpa? No, no, no creo en el pecado, pero algunas metáforas o imágenes están inspiradas de alguna manera en el catolicismo.¿Te gusta ser como sos? No del todo, me gustaría cambiar algunas cosas. ¿Qué pasa si yo saco la bufanda que guardaste en la carpeta? ¿Para qué harías eso? (Lo hace. La vuelvo a guardar). Porque de otra manera, como no ando con bolso, la perdería, por eso la guardo en la carpeta. ¿Tenés manías, obsesiones? Mmmm no, creo que tiene que ver con la ansiedad. Guardo la bufanda por ansiedad (y porque evidentemente quiero irme), no puedo estar mucho tiempo con las manos quietas (o nada de tiempo). Es decir, ante la obligación de quedarme acá sentada, necesito hacer alguna "escultura" con las cosas que hay en la mesa. Siempre lo hice. Supongo que es ansiedad. La timidez es un problema de ansiedad, ¿no? No quiso responder. Citó algo acerca del destino, de Borges: el azar y el destino son lo mismo y me preguntó que opinaba al respecto. Todo depende de si uno cree o no en el destino, está diciendo que el destino no existe. Le gustó mi respuesta y dijo que ya estaba mejorando. Pero tengo que seguir pensando en eso para la próxima consulta ginecológica (aunque nunca tuve una primera) además de llevarle mi poesía. Total, ya habrá tiempo para el análisis médico...
P/D: Pensándolo mejor me quedo con la ginecóloga del barrio, la que me cruzo en el colectivo, la que no saludo, porque me causa cierto pavor que me reconozca. ¿Reconocerá a todas sus pacientes de la misma manera?
Epílogo: ¿Si me río seguido? No soy del tipo risueño, pero después de esta consulta estuve riéndome 15 cuadras camino a mi casa.
¡Mi Dios! Conmigo no pasaría de la tercera pregunta, lo mando a la mierda, y me voy. Menos mal que no llegaste a la parte "ginecológica", seguro te decía: "Esto está muy húmedo, ¿te estás excitando conmigo?" (Podría resultar gracioso, si no fuera porque estoy seguro, que te hubiera dicho eso)
ResponderEliminarYo también creí durante mucho tiempo, que tenía temas psicológicos que tratar. Y lo único que descubrí después de varios años de terapia, fue que el tipo se iba todos los veranos de vacaciones al Caribe, con mi plata... Yo empeoraba cada vez más, y él estaba cada vez más bronceado. Algo andaba mal en esa relación medico/paciente, pero tardé bastante en descubrir dónde estaba el problema...
Me gusta mucho este artículo:
http://hyperbole.es/2013/07/del-psicoanalisis-como-carcel-mental/
Tal vez no tengas ningún tema psicológico que tratar...
JJAJAJA no hubiera dicho eso, creo, pero podría haber hecho preguntas mucho más incómodas.
ResponderEliminarTengo temas que tratar, la pregunta es si tengo que tratarlos con un psicólogo. Me gustó algo que dice el artículo, que hacer terapia es un acto de fe. El problema es que el psicoanálisis venga a ocupar el lugar de la religión (lugar vaciado y viciado). La salvación es demasiado pedir para el psicoanálisis.
Estás "creyendo" que tenés temas que tratar. Ese es tu acto de fe.
EliminarLa gran pregunta sería: ¿Si no existiera la psicología, creerías que tenés temas psicológicos que tratar?... O mejor dicho. ¿No será que la psicología te hizo creer que tenés temas psicológicos que tratar?
(Queda como un trabalenguas, pero se entiende ¿no? Jajaja!)
Claro, si no existiera el psicoanálisis sería imposible creer que uno tiene temas psicológicos que tratar. Buscaríamos respuestas en otro lado...
ResponderEliminarIgual no estoy izando la bandera contra el psicoanálisis, sólo me pareció que la anécdota era divertida de contar. Obviamente no es para todos, a algunos les sirve, a otros no. Y cada uno tiene que evaluar eso, sin juicios previos ni expectativas de "salvación".
Con mi pregunta intentaba plantear algo que está más allá del psicoanálisis. Pero bueno, mejor no izar ninguna bandera, ya flamean demasiadas :p
EliminarNo creo que exista quien sea capaz de evaluar las cosas sin juicios previos ni expectativas, si eso fuera posible, no necesitaríamos ni psicólogos, ni respuestas, ni nada...
Obviamente, no hablo en términos absolutos, nunca lo hago. Se que los juicios están siempre. Pero creo que se puede estar abierto a las experiencias sin pensar tanto (ya se que no se puede evitar pensar también).
EliminarMe gustaría entender mejor a qué te referís por esto te pregunto: ¿si los temas no son psicológicos, de qué índole son?
Sé que no se hace, pero te respondo con una pregunta... ¿Antes de que existiese el psicoanálisis, los temas "psicológicos", de qué índole eran?
EliminarReligiosos algunos, médicos otros, supongo.
EliminarEsto tampoco se hace: responder la pregunta que le han hecho a otro.
Y responder con una pregunta es bien de psicólogo, Dan.
Responder la pregunta que le han hecho a otro es de viejas chusmas (De viejas que barren la vereda con ruleros y en camisón. Jajaja!)
EliminarResponder con una pegunta es bien socrático, Guille… Sacar conclusiones a través de la interrogación no fue un invento de Freud, la mayéutica tiene unos cuantos siglos más de existencia que el psicoanálisis. Además, la costumbre de responder a una pregunta con otra pregunta, viene de la tradición judía –y Freud era judío– (Mi ex jefe, que además era rabino, me tenía podrido con las preguntas. Y para justificarse, siempre citaba la historia de Haman, en el libro de Ester)
Bueno, aunque parezca, no estoy en contra del psicoanálisis :p… Sólo digo que tal vez podríamos tener una actitud un poco más relajada –y no tan dogmática– con respecto a eso que llamamos “temas psicológicos”…
El famoso método socrático de enseñanza.
EliminarChe, da la casualidad de que justo estoy adaptando el libro de Ester. Lo que se me escapa es qué relación tiene el tema de las preguntas con Hamán.
Esperá que me pongo la kipá. Jajaja!
EliminarSi mal no recuerdo, Haman tenía un cargo importante en el reino y quería que el rey lo autorice a matar, a un judío que tenía entre ceja y ceja. Pero resulta que ese mismo judío, le había hecho un favor al rey, y el rey se había olvidado de recompensarlo...
En el mismo momento en que el rey está pensando en cómo recompensar a ese judío, llega Haman a pedir la autorización para matarlo. Entonces el rey le pregunta a Haman: ¿Qué se merece un tipo al que el rey quiere recompensar?... Y el boludo de Haman, creyendo que el rey se estaba refiriendo a él, dice que ese tipo se merecería que lo vistan con la ropa del rey y que lo saquen a pasear delante de todo el pueblo, para que todos lo admiren y lo aplaudan… Al rey le pareció una idea fantástica, y le dijo a Haman, que se ocupe de hacer eso con el judío. O sea, Haman se tragó un sapo importante, por NO PREGUNTAR a quién se estaba refiriendo el rey. La primera vez que escuché esa historia fue en una fiesta de Purim, los moishe recuerdan al boludo de Haman, y recomiendan contestar a una pregunta con otra pregunta.
Mirá, recién me puse a buscar el libro de Ester, porque no recordaba el nombre del judío que aparece en el relato. Y encontré un artículo que está muy bueno, (De paso sirve para entender un poco mejor, porque hasta hoy los judíos no pueden convivir con los palestinos)… Si te hacen falta más datos, podés colarte en alguna sinagoga, cuando estén festejando el Purim. Jajaja!
Eliminarhttp://www.israelshamir.net/Spanish/Sp32.htm
Los judíos aprendieron mucho de un error tonto que cometió su enemigo Hamán, personaje que figura en el bíblico Libro de Ester. Se le preguntó al primer ministro Hamán: ¿qué se debería hacer con un hombre a quien el rey quiere premiar? El pobre ingenuo contestó: convendría depararle los máximos honores”. Obviamente, Hamán pensó que el rey Ahsuerus se estaba refiriendo a él cuando el rey le hizo la pregunta. Pero pronto se evidenció que Hamán se había equivocado: el rey tenía en mente a su enemigo Mordecai; y Hamán se encontró obligado a rendir pleitesía a los judíos.
La historia la vienen repitiendo y comentando los judíos desde hace milenios, y estas fructíferas discusiones les han enseñado lo siguiente: antes de responder a cualquier pregunta general debes descubrir dónde te encuentras en la ecuación. En otras palabras, no seas kantiano, sé judío. Si Hamán hubiese sido judío (lo que no era) habría contestado a la pregunta real con otra pregunta: “¿Es judía la persona en cuestión? Y sólo después de saberlo se habría sentido cómodo para proseguir.
Nunca pensé que responder una pregunta con otra era algo de judíos. Siempre lo pensé como algo de psicólogos. Pero, seguramente, el primer psicólogo en hacerlo fue Freud... que era judío.
EliminarSí, recordás bien la historia de Hamán y Mardoqueo (uso las versiones de los nombres que están en mi edición de la Biblia). Esa es una de las partes más cómicas del relato. Es como de película de Olmedo y Porcel. Porque lo gracioso es que Hamán había propuesto, para homenajear a la persona en cuestión (que creía ser él mismo): "... y dense traje y caballo en mano de uno de los príncipes más nobles del rey, para que vista así al hombre que el rey se complace en horar, y le haga pasear a caballo por las calles de la ciudad...".
Asuero le toma la palabra y le designa a Hamán mismo la tarea de vestir a Mardoqueo y de pasearlo por la ciudad.
Conclusión, Hamán debiera haber respondido como lo hubiera hecho Freud:
"¿A usted que le parece?"
Bueno, antes que nada, es una suerte que no hayas tomado los servicios de esa psicóloga: ahora hablarías como Maradona.
ResponderEliminarEl que yo siento que fue el mejor médico clínico que me atendió alguna vez, también me hizo un montón de preguntas que, aparentemente, no tenían nada que ver con el tema que yo iba a tratar. Y eso me gustó. Me pareció que estaba bueno que el tipo pusiera lo físico en un contexto más amplio, psicológico, emocional... Porque creo que todas las esferas de uno se interrelacionan. Así y todo, me parece que el ginecólogo que te atendió era un pelotudo. "Ehh no sé, te noto deprimida, como que no estás disfrutando la vida a pleno, escribís sobre cosas que no viviste, como ser madre...", es un comentario bastante estúpido.
Si eso es psicología...
Por otro lado, "Para mi no sos solamente un papanicolau" es una frase destinada a volverse un hit.
"Ay... ¿A cuántas les dirá lo mismo, doctor?".
Y el tratamiento es realmente efectivo, la primera sesión y ya estabas mejorando. Y sin necesidad de abrirte de piernas.
Respecto a la limosna, de acuerdo con vos en que es como pagar para desentenderse. También lo estoy con lo de que si no hacemos al menos eso, estamos perdidos. Siempre doy y siempre lo hago con algo de vergüenza.
ResponderEliminarRespecto a la historia que el muchacho cuenta, la interpretación que yo le doy es distinta a la que le da él. Y creo recordar que es la misma que le daba David Cooper, psiquiatra. Yo no la veo como una historia sobre el amor maternal. La madre persigue al protagonista hasta después de muerta, impidiéndole formar una pareja. Para relacionarse con una pareja, el protagonista primero debe "matar" a la madre interna, separarse de ella. Y no lo logra.
¡Me encantó la anécdota de la artesanía de alambre! Jajaja.
¡Abrazo y gracias por pasar!
¡Siempre es un gusto leerte! :)
Tengo miedo.
ResponderEliminarPor qué tenés miedo? Este post te dio miedo?
EliminarCai por tu blog, me reí con tu texto :) Esta frase está mortal "Para mi no sos solamente un papanicolau (frase archivada en la memoria a largo plazo)"
ResponderEliminar¡Saludos!
Qué bueno que te haya gustado! A mi también me quedó esa frase grabada y tuve que contener la risa cuando la dijo. Bienvenida al blog. Saludos!
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