Lo peor que puede pasarnos es estar de acuerdo en algo
(alguien lo dijo seguro)
I
Así estabas el miércoles, como un toro a punto de ebullición pero presenciando el espectáculo, viendo el paño rojo en la pantalla y sin tener la posibilidad de acometerlo, pero queriendo acometerlo todo el tiempo. Te guusta la meentiira.
Quizás Maradona nos sumió en ese sueño y más tarde nos despertó de un cachetazo ¡Cuántos pueden odiarme por esto! Pero Maradona no tuvo la culpa, el cayó en la mentira, la endulzó más, pero no la inventó.
Siempre digo que oodioo el fútbol y si lo oodioo de una manera tan contundente, como dicho-sea-de-paso, también odio todo el repertorio futbolero de metáforas y comparaciones relacionadas al sexo (sin tener en cuenta las implicancias homofóbicas o el hecho de que ambos roles se presuponen mutuamente) es porque alguna vez creí en el fútbol o creí que creía en el fútbol, o que el fútbol existía.
¿Y si no hubiera sido tan artificial el último partido, con el que ganamos el campeonato? ¿Y si Holanda no hubiera ganado con un mísero gol en un mísero partido? Igual no lograste convencerme de lo arbitrario de mi odio, o de mi amor-odio.
II
Terminó el partido. El toro que emanaba vapor caliente de sus fosas nasales como un volcán en una isla del Atlántico, se acomoda en la silla y se pone un bozal a sí mismo. Ya no es como antes, el fútbol ya no es el fútbol, no hay casi la emoción de juntarse a patear una pelota. Ahora todo pasa por la plata. Los jugadores no quieren jugar acá, se van afuera y hacen una fortuna. Después qué van a querer volver. River se fue a la B, Central se fue a la B, se van a ir todos a la B. ¿Cómo que River se fue a la B?
Messi podía ser el nuevo Maradona. ¿El Mesías, el que podía traernos las llaves del Paraíso? ¿No será mucho para ese pobre chico? ¡Oh narcisismo de los pueblos sufridos!
Dulces mentiras que endulzan la vida, por qué no chocar los vasos llenos de cerveza, sosteniendo las papitas en la otra mano, imitando a los tacheros cuando se dirigen a los colectiveros que les cierran el paso.
El fútbol ya no es el fútbol.
Porque no me gusta escucharte hablar así, me voy a tener que ir a la otra hinchada, vaso en mano. Si vos decís que el fútbol no existe, un hada se va a caer muerta en alguna parte. Si seguís pensando así no me va a quedar otra que ponerme la camiseta del fútbol, alentar a la B, mientras vos empezás a mirar básquet. Porque no me gusta verte así humillado, vencido, ni siquiera por mí, y porque prefiero seguir peleando con vos todos los días. No vaya a ser cosa que estemos de acuerdo en algo...
Lo disfruté demasiado, me reía mucho boluda, no puedo comentar fríamente, dame un tiempo...
ResponderEliminarTiempo
(Primer acto raciocinante)
O sea, ya sé que ¨fríamente¨ -que es todo lo contario de ¨LA PASIÓN¨ ¨VOS NO ENTENDÉS LA PASIÓN¨ -lo cual suelen anteponer los futboleros como esencia misma de su ser hincha, CALENCHU, CALENCHU...etc.
¨El fútbol no es el fútbol¨, ahí me darías el pase para la reflexión sociológica. Si pudiera pensar más menos-como-hincha; pero no puedo, es que está bien hecho esto.