lunes, 11 de julio de 2011

Cómo te gusta la mentira

                                                       Lo peor que puede pasarnos es estar de acuerdo en algo
                                       (alguien lo dijo seguro)


I

 Te gusta vivir en la mentira, se te nota, en toda tu cara fruncida. Así lo decían en la primaria, poniendo énfasis y extendiendo las vocales del medio de la palabra, asintiendo con la cabeza: Chiiva, chiiva, tocándose la barbilla, antes de soltar la carcajada. Justo en el momento en que te ponías de color violeta, y parecías inflarte más y más. Faltaba que alguien te mostrara un paño rojo para que "!·F#$RV$W %·"!X#ZaZ!
 Así estabas el miércoles, como un toro a punto de ebullición pero presenciando el espectáculo, viendo el paño rojo en la pantalla y sin tener la posibilidad de acometerlo, pero queriendo acometerlo todo el tiempo. Te guusta la meentiira.
 Quizás Maradona nos sumió en ese sueño y más tarde nos despertó de un cachetazo ¡Cuántos pueden odiarme por esto! Pero Maradona no tuvo la culpa, el cayó en la mentira, la endulzó más, pero no la inventó.
 Siempre digo que oodioo el fútbol y si lo oodioo de una manera tan contundente, como dicho-sea-de-paso, también odio todo el repertorio futbolero de metáforas y comparaciones relacionadas al sexo (sin tener en cuenta las implicancias homofóbicas o el hecho de que ambos roles se presuponen mutuamente) es porque alguna vez creí en el fútbol o creí que creía en el fútbol, o que el fútbol existía.
¿Y si no hubiera sido tan artificial el último partido, con el que ganamos el campeonato? ¿Y si Holanda no hubiera ganado con un mísero gol en un mísero partido? Igual no lograste convencerme de lo arbitrario de mi odio, o de mi amor-odio.

II

 Terminó el partido. El toro que emanaba vapor caliente de sus fosas nasales como un volcán en una isla del Atlántico, se acomoda en la silla y se pone un bozal a sí mismo. Ya no es como antes, el fútbol ya no es el fútbol, no hay casi la emoción de juntarse a patear una pelota. Ahora todo pasa por la plata. Los jugadores no quieren jugar acá, se van afuera y hacen una fortuna. Después qué van a querer volver. River se fue a la B, Central se fue a la B, se van a ir todos a la B. ¿Cómo que River se fue a la B?
Messi podía ser el nuevo Maradona. ¿El Mesías, el que podía traernos las llaves del Paraíso? ¿No será mucho para ese pobre chico? ¡Oh narcisismo de los pueblos sufridos!
Dulces mentiras que endulzan la vida, por qué no chocar los vasos llenos de cerveza, sosteniendo las papitas en la otra mano, imitando a los tacheros cuando se dirigen a los colectiveros que les cierran el paso. 
El fútbol ya no es el fútbol.
Porque no me gusta escucharte hablar así, me voy a tener que ir a la otra hinchada, vaso en mano. Si vos decís que el fútbol no existe, un hada se va a caer muerta en alguna parte. Si seguís pensando así no me va a quedar otra que ponerme la camiseta del fútbol, alentar a la B, mientras vos empezás a mirar básquet. Porque no me gusta verte así humillado, vencido, ni siquiera por mí, y porque prefiero seguir peleando con vos todos los días. No vaya a ser cosa que estemos de acuerdo en algo...