miércoles, 23 de abril de 2014

Seréis como dioses- Minirrelato


 Cuando Adán mordió la manzana, Eva gritó de horror. Confundido, porque el grito provenía tras de sí, volteó para ver a la Eva vestida que corría hacia él, mientras la Eva desnuda e incitante que tenía frente a sí desaparecía. La Eva asustada había visto a Adán desnudo bajo el árbol y ahora lo veía avergonzado, tratando de ocultarse. Fue la única vez que la sed les trajo el olor de un Oasis cercano.
 Llegaron a la conclusión de que la serpiente mordió la manzana primero, cuando todavía no había sido condenada a desplazarse arrastrándose por el piso.